23 abril 2007

no solían ser ansí

Entonces, ¿no será el insomnio una muestra radical de desconfianza? Y los enamorados insomnes, ¿de qué desconfían?


Estas noches atán largas,
para mí
no solían ser ansí.

Solía que reposaba
las noches con alegría,
y el rato que no dormía
en sospiros lo pasaba;
mas peor estoy que estaba.
Para mí
no solían ser ansí.
(Cancionero musical de Palacio)

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7 Comments:

Blogger Adaldrida said...

Gracias!

23 abril, 2007  
Anonymous Anónimo said...

¿Y no será más bien una muestra radical de confianza, de confianza en el yo mismo, de dificultad para el abandono?
El insomne cavila, hace planes, se pregunta, se contesta, ata cabos, los desata, se propone, se obsesiona (esto sobre todo los enamorados)..., como si el curso de los acontecimientos estuviera en sus manos, como si todo dependiera exclusivamente de él.
Y no suele ser ansí.

23 abril, 2007  
Blogger Jesús Beades said...

Julio, ¿conoces el blog de Hernán? Me parece que confluye contigo en sus inquietudes (por decir una vaga expresión):

http://hjg.com.ar/blog2/

23 abril, 2007  
Blogger Dal said...

Me viene a la memoria el espléndido texto de Borges "Dos formas de insomnio", en La cifra. Seguro que os acordáis:

¿Qué es el insomnio?

La pregunta es retórica; sé demasiado bien la respuesta.

Es temer y contar en la alta noche las duras campanadas fatales, es ensayar con magia inútil una respiración regular, es la carga de un cuerpo que bruscamente cambia de lado, es apretar los párpados, es un estado parecido a la fiebre y que ciertamente no es la vigilia, es pronunciar fragmentos de párrafos leídos hace ya muchos años, es saberse culpable de velar cuando los otros duermen, es querer hundirse en el sueño y no poder hundirse en el sueño, es el horror de ser y de seguir siendo, es el alba dudosa.

¿Qué es la longevidad?

Es el horror de ser en un cuerpo humano cuyas facultades declinan, es un insomnio que se mide por décadas y no con agujas de acero, es el peso de mares y de pirámides, de antiguas bibliotecas y dinastías, de las auroras que vio Adán, es no ignorar que estoy condenado a mi carne, a mi detestada voz, a mi nombre, a una rutina de recuerdos, al castellano, que no sé manejar, a la nostalgia del latín, que no sé, a querer hundirme en la muerte y no poder hundirme en la muerte, a ser y seguir siendo
.

24 abril, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Gracias por el link, Jesús.

25 abril, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Las formas de insomnio son infinitas. Las que vienen provocadas por el dolor físico son, sin duda, las más terribles. El memorable texto de Borges nos habla de un insomnio particularmente angustioso. Gracias, dal.

25 abril, 2007  
Anonymous Anónimo said...

¡Y tanto que no suele ser ansí, Cristina!

26 abril, 2007  

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